Plan de familia en el Parque María Luisa de Sevilla
Este fin de semana ha sido típico de familia con bebés: el sábado por la mañana padre y madre haciendo turnos para dormir un poco porque por la noche no habíamos pegado ojo. Madre cubre la primera mitad de la mañana y el padre la segunda para que la madre se duerma un rato jajajaja… es que es muy muy típico.
El domingo fue simplemente un día perfecto, con mayúsculas. Los niños durmieron genial hasta las 9, se vinieron media hora a nuestra cama a ver dibujitos. Día soleado pero no muy caluroso. Maridín fue a por churros! Típico de domingo, que además me recuerda mucho a mi infancia. Desayuno los cuatro en pijama. Importante. Si el domingo no desayunamos en pijama no es tan domingo :) Tri se despierta y dice “¿desayunamos en pijama mami?”
A las 11.30, con la calma, fuimos a uno de los parques-monumento más bonitos de España: El parque de Maria Luisa. Allí se juntan turistas, familias, runners, patinadores, paseantes, etc.
Es muy típico llevar a los niños al “Parque de las Palomas”, donde venden paquetitos de comida por 1,50€ para dar de comer a las palomas. Es una tradición de muchas décadas y no se puede dejar pasar.
Después paseas el parque mientras ves a muchos muchos coches de caballo y los niños pequeños alucinan. El ruido de los cascos de los caballos en el suelo, la sombra de los árboles, la gente feliz. En serio, pasear por allí da paz.
Y de repente llegas a la Plaza de España, que está en medio del parque y es simplemente espectacular. Están representadas todas las provincias de España, tiene un estanque circular donde se pueden alquilar barquitas, y en el centro una fuente preciosa.
Para rematar el plan con los niños, después de haberles llevado a los típicos cacharritos de parque, cogimos unas bicis que hay en frente de la Plaza de España donde los bebés van delante agarrados. Nosotros les compramos una bolsa de gusanitos para que se movieran menos jejeje. La empresa se llama www.cyclotour.es/ y cuesta 12€ media hora para los 4.
A las 13.30 cogimos el coche y nos fuimos a comer a una terraza con amigos. Porque un día así de soleado y bonito, tenía que terminar con tapitas al sol.